Retrato de mi sobrina Any.
No siempre la imagen que ven los demas de nosotros, es la que quisieramos, o coincide con la imagen q tenemos de nosotros mismos. Aceptar eso es un signo de madurez.
Los sucesos de la vida, de nuestra vida y la vida de aquéllos que queremos nos marca y nos deja un rastro en nuestro rostro.
Aunque haya habido una tormenta fuertísima en fechas pasadas, el futuro siempre ofrecera un horizonte más amplio y más claro.
De nosotros depende que camino tomar y hacia dónde ir.
No siempre la imagen que ven los demas de nosotros, es la que quisieramos, o coincide con la imagen q tenemos de nosotros mismos. Aceptar eso es un signo de madurez.
Los sucesos de la vida, de nuestra vida y la vida de aquéllos que queremos nos marca y nos deja un rastro en nuestro rostro.
Aunque haya habido una tormenta fuertísima en fechas pasadas, el futuro siempre ofrecera un horizonte más amplio y más claro.
De nosotros depende que camino tomar y hacia dónde ir.
Por lo demás, La madre de Any quedó más que complacida con el resultado.
Los signos están ahí para que sean interpretados.
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